Ayer tuve el gusto de recibir la visita de un amigo que no veia hace meses, el padrul, Alonso Sosa, que llego en una Super moto de carreras, me hizo pensar en loq ue uno tiene que hacer para disfrutar de un maquinon de ese tamaño, y es simple, paga el precio, he decidido ahorrar vehementemente para dentro de poco estar manejando una belleza de 80 caballos de fuerza (no hay palabras para expresar esa emoción de ser llevado hacia atras por la fuerza centrifuga asi que recurri al cliche).
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