Hay algo en los berrinches que me llama la atención, y no es el berrinche en si, que detesto porque lo encuentro en cualquier lado, sea en la familia, sea de paseo por el centro de la ciudad, sea en el transporte colectivo, en tiendas, plazas o avenidas, el berrinche, los berrinchudos estan en todas partes.
Los berrinches son una cosa tragica, si, tragica porque en escencia se trata de un ser humano haciendo un escandalo con tal de obtener algo, tambien hay berrinches que constan en poner cara de fuchi y sostenerla durante horas pero este escrito se centra mas en los tipicos berrinches de los niños(as) que van como dije arriba siempre acompañados de un gran escandalo.
Mencione antes que los berrinches no eran en si lo que me interesaba y es cierto, la reaccion de los espectadores activos, que en cualquier caso son las personas que acompañan o van sufriendo al berrinchudo por la fuerza (papa, mama, tio, primo hermano etc) llamare espectadores pasivos a los que se topan con los berrinchudos por azares del destino o por pura mala suerte.
El berrinche, si lo estudiamos a fondo tiene su origen años y años atras, y ha ido evolucionando hasta convertirse en el escandalo acompañado de piruetas o revolcones en el piso con pataleos tan sofisticado de nuestros dias, es tambien la prueba mas concreta de que estamos acostumbrados a resolver nuestros problemas a gritos, con revueltas y no con el dialogo racional, lo vemos en la camara de diputados en las huelgas, en cada rincon de nuestra sociedad.
Combatir el berrinche pidiendo al berrinchudo exprese con razones, con palabras, con fundamentos el deseo que tiene (sea cual fuere) desembocara eventualmente en una sociedad mas racional, donde las discusiones no terminen en golpes o en balaceras o con los estomagos agujerados por un cuchillo, en cambio tendremos ciudadanos que expresen sus deseos documentandolos y discutiendolos, razonandolos, como Dios manda.
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