Esta noche y pa romper mi habito de acumular 3 o 4 dias sin enfrentarme a la enemiga jurada que encuentro en la regadera segui el consejo de Karla y me meti y lo tome amablemente, no como un ataque a la mugre que se acumula en mi piel sino como un ritual de renovacion y hasta porque no decirlo de encuentro con uno mismo.
No esta de mas reconocer que Karla tiene razon, y su tono amable de instarme al regaderazo quiza fue lo que me hizo considerar la opcion. Muchos valientes intentaron en el pasado convencerme de las virtudes de la ducha cotidiana y acabaron rindiendose, a ellos mi agradecimiento por su consejo que no era mas que una demostracion de carinho y un esfuerzo por ayudarme a ser mejor persona.
1 comentario:
Hombre, que estoy sensible y me vas a hacer derramar más lágrimas. Qué emoción y que honor que mis clamores fueran escuchados... y sí. El agua se lleva muchas cosas. Nos deja siendo otros, al menos momentáneamente.
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